martes, 21 de octubre de 2008

BLUFF







En las obras/proceso de Óscar Muñoz el dibujo y la fotografía son asumidos como performance, resultando en imágenes que requieren la presencia del espectador para completarse o estabilizarse, y que se mantienen en un precario equilibrio entre existencia e invisibilidad. Obras como Narcisos, Aliento, Simulacros, Lacrimarios o Ambulatorio se transforman en el transcurso de la exposición, a menudo debido a la acción del público que activa con su cuerpo la aparición o degradación de la imagen. La presencia del tiempo, que en obras anteriores estaba dada por el carácter procesual de las piezas, es exacerbada en el trabajo reciente de Muñoz a través del recurso del vídeo.

Lacrimarios
Re/trato es, como su título lo indica, una reflexión sobre el (auto)retrato, pero también sobre la constancia y el intento. El vídeo en loop nos muestra una imagen que se construye de manera laboriosa y constante, sin respiro y sin un fin(al) aparente. Pero el medio utilizado (agua) y el soporte (una losa calentada por el sol) conspiran contra la estabilidad de este rostro precario, y actúan para borrar la imagen en el acto mismo de construirla. El trazo reitera los rasgos de identidad en un intento fútil por definir el rostro, por fijarlo de una vez y para siempre, pero la imagen, efímera, se empecina en desaparecer. Como en el mito de Sísifo, la mano realiza un trabajo difícil a sabiendas de que el fruto de este esfuerzo se perderá irremisiblemente, regresando siempre al punto de partida, en un acto doble de frustración y tenacidad.


Re/trato
La aparición efímera y espectral de una imagen había sido trabajada en Aliento (1995), obra que prefigura - y establece un puente - entre dos de las obras nuevas presentadas en esta exposición: Re/trato y Palimpsesto. Aliento consiste en una serie de espejos metálicos dispuestos a la altura del observador. Cuando el espectador respira en ellos, se revelan rostros de desconocidos que se inscriben en la propia imagen por unos instantes para luego desaparecer. Palimpsesto, por su parte, es un espejo de dos caras a las cuales se les ha retirado gran parte de la superficie reflectiva. A través de la acción de borrado en el espejo (producto del rayado sistemático de la superficie de plata - que es en donde se produce la imagen especular), se puede ver a Otro en el acto simétrico de mirar(se) mirando. La fisiología de la visión impide que el ojo enfoque ambas imágenes simultáneamente, con lo cual la atención del observador oscila constantemente entre la imagen reflejada y la imagen que se percibe a través del espejo. Si hay alguien en el otro costado, como lo anota Muñoz, "sus rostros se superponen sobre la superficie del espejo, es decir, cada uno se ve en el otro".

Por Jose Roca. Columna de Arena. Colombia



No hay comentarios: