Una de las modas o manías de la modernidad actual son las ganas por hacerse de una mascota: una
boa, un perro, hámster, peces en urnas de vidrio. Una vez que lo compras en un
Pet o lo encuentras en la calle o te lo robas cuando nadie se da cuenta, lo
llevas a casa y ya es parte de la familia.
Conocí una amiga con un perro que le puso Héctor. Le habla como si fuera un humano. Le prepara
derretidos en el desayuno comparte un pedazo pizza los viernes en la tarde. Gasta sin asco en champú, desparasitadores, visitas medicas, pasta para los colmillos.
Lo contemplas (la
hora de quedarte mirándolo, diciendo, que lindo es.. tierno.. el mejor amigo!
no sé qué haré cuando me falte).
Lo acaricias una y otra vez asi con suaves palmadas arriba
en la cabeza. Eres un buen chico, le
dices.
Cuando lo que haces es tocarte a ti mismo. Lo bueno que eres. Lo bondadoso, querendón que eres. Y piensas
que eres un modelo de persona. Que aprecias
el arte de tener una mascota como la que acaricias. Un hombre que ama a un
animal, se ama así mismo y a todas las personas. Y piensas que así debería ser
la humanidad.
Cuando no es a tu mascota
la que amas, eres a ti mismo al que amas
cual narciso.
Muchos con el tiempo terminan pareciendo a su
mascota..fíjate bien uno de estos días..
Hace miles de años, nuestros
antepasados comenzaron a aceptar la compañía de lobos,posiblemente
ejemplares que merodeaban por sus asentamientos, atraídos por los restos de
comida o la curiosidad. La unión entre especies cuajó y ambas partes debieron
de encontrar ventajas en su amistad. Los humanos dieron con un buen vigilante o
un compañero de caza, mientras que los cánidos se desprendían de su fiereza a
cambio de un sustento más fácil. Así, de esos lobos «mansos» surgieron los
primeros perros, que con el tiempo hemos convertido en un extensísimo
ramillete de razas, con variedad de tamaños, colores y caracteres prácticamente
al gusto de cada dueño. Pero dónde y cuándo la bestia de los bosques se
convirtió en nuestro mejor amigo todavía es un punto sin aclarar.
Hasta ahora, se creía que ese proceso
había ocurrido originalmente en las comunidades agrícolas de Oriente Medio,
pero una nueva investigación genética, en la que ha participado el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), señala que los primeros
perros fueron domesticados en Europa por cazadores recolectoreshace entre
18.800 y 32.100 años.
Lobo
de hace 26.000 años
En busca de restos
RBINS
Cráneo
de perro de 36.000 años
«El lobo es la primera especie y el
único gran carnívoro que los seres humanos hemos domesticado», afirma Robert
Wayne, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), coautor del
estudio. «Esto siempre me pareció raro. Otras especies salvajes fueron
domesticadas con el desarrollo de la agricultura y aprendieron a coexistir con
a los seres humanos. Pero esta situación es difícil para un gran depredador
agresivo como un lobo. Sin embargo, si la domesticación se produjo de la mano
de los cazadores-recolectores, uno puede imaginar que primero los lobos se
aprovecharon de los restos de animales muertos que los humanos desechaban -un
papel natural para cualquier gran carnívoro- y luego, con el tiempo, se
acercaron al nicho humano a través de un proceso de coevolución».
La datación molecular sugiere que los
perros domésticos modernos se fueron extendiendo desde sus orígenes en Europa
hacia otras regiones del planeta, como Oriente Medio -hasta ahora considerado
el origen de los perros- o el continente americano en compañía
de sus dueños nómadas. El análisis genético de los restos de tres perros
precolombinos americanos indica un origen común con los perros europeos, lo que
apunta a que los cánidos domesticados llegarían al continente americano junto
con los primeros humanos.
Divergencia genética
Esta idea también ayuda a explicar la
posible divergencia genética que llevó a la aparición de los perros modernos.
Los lobos que seguían los patrones migratorios de estos primeros grupos humanos
habríanrenunciado a su territorialidad y tendrían menos
probabilidades de reproducirse con lobos territoriales residentes. Wayne cree
que existe un proceso análogo en la actualidad, la única población migratoria
de lobos conocida existente en la tundra y los bosques boreales de América del
Norte. «Esta población sigue al caribú durante su migración de mil kilómetros.
Cuando estos lobos regresan de la tundra al bosque boreal durante el invierno,
no se reproducen con los lobos residentes que no emigran», explica.
CAA
Perro
enterrado en Illinois (USA) hace 8.500 años
Los
investigadores creen que estos datos genéticos deben ser confirmados con
muestras significativamente más grandes que las que se encuentran en el ADN
mitocondrial (aproximadamente 20.000 pares de base), pero se trata de una tarea
complicada, ya que el ADN nuclear de los restos antiguos tiende a degradarse. A
falta de más profundos estudios, podemos pensar que nuestros perros aprendieron
a sentarse, girar y dar la patita en escuelas europeas.
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